En Combarranquilla, conmemoramos el trabajo de miles de instituciones que luchan por un futuro sostenible. Hoy, en el marco de esta celebración, destacamos el trabajo del Zoológico de Barranquilla como promotor de la preservación de la biodiversidad, una actividad clave en el cuidado del medio ambiente.

Sobre la calle 77 entre las carreras 68 y 70, se encuentra ubicado el Zoológico de Barranquilla, un centro de conservación y ciencia con más de 70 años de trayectoria.

En la entrada del Zoológico, una arquitectura particular da la bienvenida a varias personas que buscan conocer este lugar, único en la región Caribe. Pero esta visita no tiene el mismo objetivo. Mis pasos toman una ruta diferente sobre la carrera 70, donde se ubican las oficinas de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla.

La recepción me recibe con varias fotos de animales del ZooBAQ, entre ellos el león, la guacamaya y la nutria. Admirando lo que veo a mi alrededor, espero pacientemente la hora para conocer al director del área de Biología y Conservación del Zoológico de Barranquilla, Christian Olaciregui.

Alrededor de las 4:40 p. m., el director me saluda extendiendo su mano zurda, se presenta brevemente y me invita a la sala de juntas, donde tiene lugar nuestra entrevista.


En el Día Mundial del Medio Ambiente, desde Combarranquilla queremos resaltar la labor del Zoológico. Nos complace tener este tipo de conversaciones, a través de las que podemos apoyar espacios tan importantes en la ciudad. Para iniciar, ¿podría decirme brevemente quién es y qué funciones cumple en el ZooBAQ?

Brindamos estos espacios con mucho gusto. Mi nombre es Christian Olaciregui. Soy biólogo y desde hace 14 años dirijo el área de Biología y Conservación del Zoológico de Barranquilla. Mis funciones son muchas, pero podría resumirlas en tres cosas: investigación, protección y conservación.

En sus palabras, ¿podría explicar cuál es el propósito del Zoológico?

El Zoológico de Barranquilla está enfocado en el bienestar animal y la conservación de la biodiversidad. Claramente, eso va muy de la mano con lo que se busca promover en el Día Mundial del Medio Ambiente. El bienestar y la conservación de especies en la región Caribe son nuestros dos pilares fundamentales. A partir de ese trabajo, buscamos generar experiencias memorables en nuestros visitantes.

Quisiera referirme a la descripción del Zoológico como centro de ciencia. ¿Qué significa esto?

Nosotros somos un centro de ciencia reconocido por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Tecnología desde el año 2022. Estamos capacitados como un sitio que genera conocimiento y que también gestiona procesos de apropiación social. Y eso indica que trabajamos con y para la gente. Trabajamos con la comunidad. Actualmente, lideramos un proyecto que busca fortalecer centros de ciencia que no han sido reconocidos como tales, para que lleguen a ese estatus en el que estamos nosotros. Aquí incluimos nuestra alianza con el Planetario Combarranquilla, mediante la cual compartimos nuestros conocimientos para impulsar su labor como centro de ciencia en el caribe colombiano.

Desde que conozco el Zoológico de Barranquilla, he tenido curiosidad por saber cuántos animales cuidan a diario. Seguramente es una labor compleja, pero enriquecedora.

Así es. Y es una excelente palabra la que has usado: cuidar. Anteriormente, nuestra gestión y nuestro manejo eran referidos como un cautiverio, pero en la actualidad, reconocemos que somos una institución que cuida animales. Los animales están bajo nuestro cuidado, no son propiedad nuestra.

En el Zoológico, tenemos alrededor de 800 animales pertenecientes a unas 110 especies. La mayor parte de ellas son endémicas, es decir, de origen colombiano. Son especies que existen naturalmente en nuestros ecosistemas, pero que por diferentes razones, quedaron fuera de su hábitat natural. Debido a que no pudieron regresar a sus espacios por limitaciones físicas o comportamentales, quedaron bajo cuidados humanos. En el Zoológico se convierten en embajadores de su especie.

¿A qué se refiere con que ahora estos animales pasan a ser “embajadores” de su especie? 

Un animal embajador es un miembro de una especie que, a través de su historia y su agencia, fomenta la conservación de la biodiversidad y concientiza sobre las prácticas que afectan su supervivencia.

Esa labor me parece muy valiosa porque nos lleva a reconocer el valor de la vida animal. Continuando con esa idea del cuidado de las especies, me gustaría saber, ¿qué actividades de preservación lidera o apoya el Zoológico de Barranquilla hoy en día?

En este momento, tenemos tres grandes actividades de conservación para especies y ecosistemas amenazados. La primera, está relacionada con un ave, el paujil de pico azul. Esta es una especie que únicamente existe en Colombia y está en peligro de extinción, principalmente a causa de la cacería y la pérdida de bosques.

Desde el 2018, nos dimos a la tarde de investigar esta especie en los Montes de María, en los departamentos de Bolívar y Sucre, ya que en esa zona había registros históricos de la especie. El paujil de pico azul fue registrado en la década de los 60, pero no había evidencia de su estado en tiempos recientes. Entonces, a través de actividades científicas, comenzamos su búsqueda. Pero después de cuatro años, no lo encontramos.

Al evidenciar su ausencia, tomamos decisiones. Una de ellas fue reintroducir la especie a su hábitat natural, y esto se logra a través de la reproducción bajo cuidados humanos. En el Zoológico de Barranquilla, estamos reproduciendo esta especie desde el año 2023. Estamos pensando en un futuro crear un proyecto que tenga este enfoque.

Por otro lado, en el marco de este programa en los Montes de María, también tenemos otra iniciativa en conjunto con los campesinos de la zona. Estamos compilando información sobre otras especies amenazadas, como las marimondas negras, los titíes cabeciblancos, las pavas congonas y los monos aulladores. Todas estas especies se encuentran en el Zoológico y las tenemos bajo cuidados especiales.

Adicionalmente, otro de nuestros compromisos es preservar el tití gris. Frente a la problemática de extinción de la especie, estamos trabajando en conjunto con el Parque Nacional Natural Selva de Florencia y con entidades a nivel nacional e internacional para recuperar su hábitat. Por un tiempo, también estuvimos haciendo una investigación sobre los caimanes aguja en Vía Parque Isla Salamanca, que es nuestro parque nacional más cercano.

Para fomentar la conciencia ambiental, es muy importante tener en cuenta el trabajo en equipo. En ese sentido, las alianzas del Zoológico de Barranquilla cobran un papel central. ¿Podría hablarme más sobre ellas?

Sí, claro. A nivel interno, nosotros contamos con una dirección de Experiencia y Aprendizaje, en el área de Educación. Ellos tienen diferentes programas que se hacen junto con colegios y universidades del Caribe, sobre todo los fines de semana.

A nivel externo, tenemos alianzas internacionales y nacionales. Para el programa del paujil, por ejemplo, trabajamos con el Zoológico de San Diego y el Zoológico de Houston. Y en nuestras investigaciones en los Montes de María, nos unimos a organizaciones no gubernamentales colombianas, como la Fundación Herencia Ambiental Caribe y la Fundación Proyecto Tití.

Nuestra labor nos ha llevado a tener convenios potentes con diversos museos y jardines botánicos. Y, por supuesto, para cuidar estos animales tenemos alianzas con las autoridades ambientales, porque los animales son de ellas. Las autoridades los entregan y nosotros, en calidad de cuidadores, empezamos el proceso de adaptación. Todo nace de un trabajo cooperativo.

El Zoológico hace parte de las memorias de muchos barranquilleros. Muchos todavía recuerdan las historias de cómo los animales llegaron a Barranquilla. ¿Le gustaría resaltar alguna de esas historias en este espacio?

Sí, completamente. Nosotros cuidamos de un jaguar hembra, cuya edad desconocemos, que estaba en una casa como mascota. A este jaguar le quitaron las garras y los colmillos, por lo que no pudo regresar a la vida silvestre. Desde hace 15 años, vive con nosotros. A diario, recibe su carne proporcionada en pequeñas cantidades, para que pueda usar su dentadura de manera más eficiente. Este animal es un perfecto ejemplo de los problemas del tráfico ilegal de especies en la región Caribe y en el país.

La otra historia que también contamos mucho es la historia sobre nuestro elefante, tenido ilegalmente por narcotraficantes. De hecho, fue incautado en el departamento del Atlántico en una finca de Repelón, en el 91. Otra víctima importante del tráfico ilegal. En el Zoológico, les damos una segunda vida a todos esos animales que una vez vivieron en cautiverio.

Es común escuchar que el Zoológico quizás es muy pequeño para los animales. ¿Cómo se logra gestionar esto para que cada animal crezca sano en su espacio?

Tenemos un programa de enriquecimiento animal, que consiste en generar estímulos para que los animales puedan aprovechar mejor su espacio y para que puedan practicar sus habilidades naturales. También, tenemos los programas de nutrición, de bioseguridad y de medicina preventiva. A través de todos estos aspectos, tanto desde la biología como del ámbito veterinario y de la nutrición, podemos darles a los animales un bienestar más integral.

Para cerrar esta entrevista tan necesaria, ¿tiene algún mensaje que le gustaría compartir con todas las personas que conocen el Zoológico de Barranquilla?

Claro. Son nuestros visitantes los que nos permiten seguir creciendo y cumpliendo con nuestra misión, gracias a los ingresos que nos aportan. Los invitamos a visitar este lugar, ya que ese es el primer paso para contribuir a la preservación de nuestras especies. Hace poco leí en redes un mensaje que decía: “La mayor amenaza para nuestro planeta es pensar que alguien más puede salvarlo”. Si podemos hacer algo por nuestra biodiversidad, debemos intentarlo y no esperar a que sea muy tarde.

Le agradezco este espacio. Desde Combarranquilla, continuamos contribuyendo a la visibilización del Zoológico de Barranquilla, un espacio donde las segundas oportunidades son posibles.

Muchas gracias a ustedes. Esperamos que sea de gran provecho.


Luego de tan sentida entrevista, caminé entre plantas y sonidos de animales que me hicieron reflexionar sobre el valor de lo que nos rodea. Cuando ya estaba cerca del portón que despedía mi presencia, no pude evitar pensar que debía regresar pronto. El Zoológico de Barranquilla es, sin dudas, un lugar memorable.

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